¡Huid insensatos!
ATENCIÓN. Esta entrada contiene material pervertido y spoilers. Si quieres mirarte Prison School por tu cuenta te recomiendo que no leas las reviews de los capítulos que irán apareciendo en el Blog.
Buenas tardes bollitos tiernos, ¿alguien me presta unos pañuelos? Estoy resfriada.
Pero bueno, no vine aquí a quejarme sino a dejaros la review del quinto capítulo de "Prison School", que ya estamos en el ecuador de este Live Action y las cosas están muy interesantes. Antes de empezar, me disculpo por la tardanza en subir esta review, pero no he tenido tiempo de casi nada, así que fui subiendo lo que más o menos ya tenía acabado para no dejar el Blog muy vacío.
Bien, dicho esto, empecemos.
¿Os acordáis que al final del cuarto capítulo Chiyo entra en la enfermería para ver cómo está el pobre de Kiyoshi? Ha ido de un pelo que la hermanita de la presidenta no encontrara a ese palurdo y a la Secretaria en una situación más que embarazosa. Sí, Chiyo aparta la cortina, pero no encuentra a nadie, así que tras ignorar por completo las sospechosas sombras que se ven debajo de la cama se marcha. No sé si decir que esto ha sido tener buena o mala suerte, supongo que depende del punto de vista: para Kiyoshi ha sido buena suerte, se ha ahorrado tener que dar explicaciones de por qué estaba con Hana encima, pero para esta ha sido tener mucha, mucha mala suerte. En la imagen superior tenéis la respuesta, y es que el Nyoibou de Kiyoshi —como él mismo lo cita— parece tener vida propia, y al estar apretado junto a Hana para esconderse de Chiyo, se ha puesto a crecer, dejando a la Secretaria K.O... literalmente. Supongo que la herida de su culo ha pasado a segundo plano.
Más cosas, en capítulos anteriores se podía ver al director despidiéndose de unas fotos de traseros en bikini, en este podemos verle en su despacho, tocando una de aquellas almohadillas para ratón que tienen relieve en la parte inferior con la imagen de un trasero (hay muchas con imágenes de anime donde el relieve son los pechos de una chica), y creedme, falta muy poco para que al señor se le caiga la baba. De repente, su hija llama a la puerta, y al viejo no se le ocurre otra cosa que guardar el paquete con la almohadilla en su espalda, creo que intentaba disimular, pero no lo sé. La tensión que vive el señor es palpable en todo momento —y nunca mejor dicho—, aunque bueno, la reunión acaba siendo suspendida (reunión que en teoría era para aclarar si la Presidenta puede echar a los muchachos de la escuela) ya que la almohadilla queda a la vista tras un intento fallido del director de agarrar el teléfono y caminar hacia atrás como un cangrejo intentando esconder la caja del paquete. Digo, en un anime eso quedaría genial, en un Live Action hasta da miedo.
Si claro, tu haces lo que sea con tal de comer carne de la buena, maldito traidor.
Y hablando de los chicos, ¿que hay de ellos? Como siempre, tenemos a nuestros queridos pringados trabajando en las tierras del instituto intentando cultivar algo prácticamente imposible. Kiyoshi tiene la mirada de la Secretaria clavada en él, sintiendo que de un momento a otro esta le saltará encima con una patada voladora de las suyas y morirá. Pero ahí solo se ven cuatro de los cinco estudiantes, ¿dónde está Shingo? El rubiales del grupo se ha convertido en el espía oficial del Consejo Estudiantil Secreto, y como ha hecho un "buen trabajo" dejando a Joe como el loco de la rama que intentó atacar al Consejo, la Vicepresidenta le ha dado permiso para salir 2 horas de las instalaciones, pudiendo ir a donde quiera, siempre y cuando siga siendo el recadero de las mujeres y cumpla con todas las órdenes que le impongan, y sí, si os lo estáis preguntando, todo esto lo hace simplemente para poder comer carne de calidad. Menuda superficialidad.
¿Dónde iríais vosotros si tuvierais 2 horas libres? Shingo opta por ir a jugar a las máquinas recreativas (creo que yo también iría, son un vicio), pero no esperaba encontrarse con una estudiante de su mismo instituto, una chica llamada Anzu (que me asustó, porque al primer momento creí que era Dani, esa que nunca debuta (?)) que se ríe de él cuando Shingo se colorea tras ver un poco de su sujetador. Y mientras Shingo está disfrutando de su tiempo libre, tenemos a Gakuto casi flagelándose por ser tan mal amigo. Él, que sacrificó sus melenas, se centró en custodiar esa cara y limitada figurita mientras que Kiyoshi y Joe recibían toda la mierda posible. Y hablando de mierda, ¿sabéis dónde se está lamentando el gafotas? En el baño, para no perder la costumbre. Le está rezando a una figurita arrodillado frente a un váter... pero eso pasa a segundo plano cuando la torpeza innata de Gakuto hace de las suyas y acaba rompiendo parte de la figurita sin que él se de cuenta, dejando la cimitarra del caballero en el suelo.
Anzu o la Dani falsa según mi miopía.
Bien, tras otro ataque del traidor de Shingo en el que le da la cimitarra a la Vicepresidenta, esta acaba recordando que Gakuto le había comentado algo sobre "Los Tres Reinos" en un intento de dar una excusa barata, así que el rubiales se ganó otra jornada de dos horas libres en los que Anzu le invita a un evento. ¿Cómo puede ser tan cabrón e interesado? Ya os podéis imaginar quién paga el haber encontrado la cimitarra: Gakuto, quien ve con sus 4 ojos como la Vicepresidenta se sienta sobre la figura y el caballo de esta hasta doblarla (la podría haber pisado y ya, digo yo...), pero Gakuto no abre boca para no delatar a Kiyoshi, y rompe frente a todos la figurita lanzándola al suelo. Poneos un momento en la piel del gafotas, ¿si hubierais de sacrificar un objeto muy valioso para vosotros para que nadie sospechara, lo haríais? Yo creo que no podría. Lo gracioso de todo esto es que luego Gakuto va a ducharse y se ducha con gafas.
Pero el gafotas no es el único que recibe un castigo (que se impone él mismo para disimular) ya que, tras su acto de romper la figura, la Vicepresidenta queda como una mentirosa, así que ella también es castigada: obligada a vestir ropa que le prohíba enseñar más piel que la de su cara y manos; algo asfixiante, la verdad. Además, tampoco puede portarse mal con los presos, es decir, solo puede reñirles por cosas estúpidas como "llevas las gafas torcidas" o "no dejes la pala clavada en el suelo" y eso concierne en uno de los presos, Andre, el cual empieza a "enfermar" por no recibir ni un solo castigo en 1 semana. Pues sí, el gordito se volvió sumiso.
¿Hace falta decir la hora así?
El Consejo Estudiantil Secreto está decidido a sacar a los chicos del instituto, y una de las maneras que tienen es que ellos —ya sea en grupo o uno solo— se fuguen 3 veces de la prisión. Es una regla que hasta el director está de acuerdo con ella, así que no sería extraño que las chicas jugaran sucio para lograr su cometido. Tenemos una fuga, la de Kiyoshi, y el Consejo ha descubierto que Andre se vuelve un obsesivo de los golpes y los castigos con la fusta, así que tenderle una trama es pan comido. El pobre Andre acaba rompiendo las vallas de alambre —previamente modificadas para que se rompieran fácilmente— que separan la prisión del instituto al ver a la Vicepresidenta dispuesta a golpearlo (no creo que deba entrar en detalles, es como si golpearan a un cerdo hasta dejarlo lleno de marcas rojas). Ya tenemos dos fugas, ¿y la tercera? Sí, si os lo estáis preguntando, la tercera es Shingo. Si el rubiales no llega antes de las 18:30, su salida contará también como una fuga, y por lo tanto, los chicos quedarán expulsados.
Lamentablemente Shingo fue engañado por Anzu (he aquí un gran golpe del karma) la cual retrasó 30 minutos su reloj, y a pesar de que esta se lo dice "pronto" para que pueda llegar a tiempo al instituto, acaba fuera de los dominios de la prisión tras no poder abrir la puerta. Creo que es la derrota más penosa de todas, intentar abrir una puerta corredera como una puerta normal. Adiós al instituto, los chicos han sido expulsados.
El capítulo termina aquí, así que deberéis esperar a otra review para saber qué les pasará a los chicos a partir de ahora. ¡Nos leemos pronto!
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