Antes de poner "Ajumma" en las portadas, este fue el último mote que usé.
Buenas tardes bichitos de luz.
Mientras estoy arreglando varios episodios de otros escritos, vengo a dejaros un pequeño OneShot, mejorado y corregido como siempre.
¡Disfrutadlo!
Título: Where did your Heart Go?
Parejas: Taeyeon x Jessica
Tipo: Yuri
Género: AU | Romance | Drama
Advertencias: —
Notas: No existe una narradora definida, pero personalmente creo que mirarlo desde el punto de vista de Taeyeon queda mejor.
¿Quieres leer? Dale a...
WHERE DID YOUR HEART GO?
Parecía que el tiempo acompañara a
la horrible noche que estaba teniendo. Llovía a cántaros, de aquella manera que
lograba hacerme esconder bajo la mesa asustada y llorando. Sentía que todo
pesaba a mi alrededor, que mi propio cuerpo no respondía por mucho que quisiera
correr y tomar el primer medio de transporte que pudiera acercarme a ella, a la
mujer de mi vida, aquella que me había robado el corazón con un simple "hola".
Pero no, nada era como mi estúpida mente lo había planeado, nada de lo que yo
dije y ella aceptó de grata forma se hizo realidad.
Me dolía recordar como todo parecía perfecto y de un día para el otro el odio hacia mi corría por sus venas como si siempre hubiera sido de esa forma. No lo entendía, ¿qué le habían hecho? ¿Dónde estaba aquella hermosa mujer de blanca sonrisa y ojos grandes que tanto me sonreía y me repetía que me amaba?
Me dolía recordar como todo parecía perfecto y de un día para el otro el odio hacia mi corría por sus venas como si siempre hubiera sido de esa forma. No lo entendía, ¿qué le habían hecho? ¿Dónde estaba aquella hermosa mujer de blanca sonrisa y ojos grandes que tanto me sonreía y me repetía que me amaba?
De la noche a la mañana la había
perdido, y todo por culpa de alguien que nunca llegué a conocer. "Mis padres no son como los tuyos,
debes entender que ellos no lo aceptarán...". Nunca quise perder la
esperanza, verme capaz de hacerles cambiar de opinión con tan solo una
oportunidad, porque solo les pedía eso, una oportunidad para demostrarles que
podía hacer tan o más feliz a su hija que si estuviera con un hombre. ¿Qué hice
mal entonces? ¿Nacer mujer? ¿Nacer en un país distinto al suyo? ¿Ser atea? Nada
de esto cuadraba en mi mente libre y me sentía impotente, sin saber cómo
reaccionar. "Que suerte, tus padres
te aceptaron tal y como eres... Me das envidia". Cada vez que
recordaba sus palabras un horrible escalofrío empezaba en mi pecho y se
extendía lenta y tortuosamente como si fuera el peor de los venenos.
Admito que me alegré que mis
padres aceptaran mi condición sexual sin ningún tipo de problema pero ella...
Cuando debí mostrarme fuerte frente a sus progenitores, todo se fue al garete
porque no tuve ni tiempo a pedir una oportunidad. "Esto no durará para siempre... nuestro secreto es peligroso".
¡Me daba igual que fuera peligroso! Por amor había hecho muchas locuras a lo
largo de mi vida pero no quise darme cuenta de la realidad que nos envolvía:
dos familias completamente distintas, dos pensamientos contradictorios, dos
mujeres que solo querían estar juntas pero que ni siquiera podían tomar sus
manos por miedo a que alguien las descubriera y se rompieran los esquemas que
tenían planeados...
Todo me dolía, especialmente el corazón, mi estúpido, orgulloso y egocéntrico corazón que creía poder hacerlo
todo bien; creía que el cuento de hadas perfecto existía, y que él podía iniciarlo
y darle el final más feliz de todos. "Todo
fue mi culpa, perdóname". Nunca fue su culpa, quizás era la mía o la
de otro alguien, pero ella era la más inocente de todos... y al mismo tiempo,
la que más dolor se llevó. "Ya no te
amo, por favor, no hagas más difícil esto... He cambiado". No, las
personas no cambian así como así, por muchas terapias y cosas que les quieran
hacer, una mente muere con los mismos pensamientos con los que nació, y nadie
puede meterse en la cabeza de otra persona para hacerles cambiar.
Reconozco que tuve mucho miedo cuando ella me dijo "adiós" y me dormí esperándola.
Reconozco que tuve mucho miedo cuando ella me dijo "adiós" y me dormí esperándola.
No hubo abrazos, ni besos, ni un
simple "te quiero". Solamente un "perdóname"
seguido de un "adiós para siempre...
mi amor".
Nunca más supe de ella. Me borró
de sus listas de contactos, se fue de aquél lugar, no hablamos nunca más...
Pero yo seguía esperándola, escondida bajo la mesa mientras lloraba por los
truenos que opacaban mi llanto amargo y solitario.
Porque fue la única mujer por la cual lloré con el
corazón... Mi delirio perfecto.
FIN
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